Editor's rating
Un año después de la odisea que pasaron buscando al hijo perdido de Marlin, Nemo, los tres peces viven juntos tranquilamente. Dory sigue siendo la misma pez cirujano con problemas de memoria a corto plazo. Pero todo cambia cuando, en un viaje para ver cómo las mantarrayas migran de vuelta a casa, Dory recobra la memoria durante un segundo; recuerda que tiene una familia, que posiblemente la esté buscando en algún punto del océano, y, sin pensárselo ni un instante, decide emprender un viaje con el objetivo de reencontrarse con su familia.
Pixar vuelve a mezclar sus ingredientes mágicos; el humor, la acción a un ritmo frenético y algunos muchos golpes de emotividad, para ofrecernos esta secuela de «Buscando a Nemo», esta vez, con la carismática -olvidadiza- y adorable Dory robándonos el corazón como protagonista.
Técnicamente, la película no tiene tacha, el equipo ha utilizado todos los avances gráficos habidos y por haber, para poder recrear un armonioso ambiente oceánico y una la fluidez de movimiento que ha conseguido sobrepasar gráficamente a su predecesora, pero en los demás campos, en mi opinión, «Buscando a Dory» se queda corta.
Utilizando casi un argumento gemelo al de su predecesora, la historia carece de la originalidad que debería de ofrecernos un estudio tan celebre como Pixar. Es un hecho que en los últimos años todo el trabajo del estudio ha sido hacer secuelas de sus creaciones, pero no creo recordar una secuela donde la historia sea tan parecida a su predecesora como me ha pasado al ver ésta.
A pesar de la carencia de un argumento genuino y único, Buscando a Dory cumple los requisitos para pasar un buen rato viéndola en familia, con risas -y llantos- aseguradas. Es una película sencilla y ligera, con un amplio abanico de nuevos -y carismáticos- personajes además de bien estructurada. Ideal para los mas pequeños.