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Óscar es un hombre que sufre una crisis vital al acercarse a la cuarentena, por lo que decide dar un giro a su vida y dejar su trabajo como funcionario y a su novia. Su objetivo ahora es montar un club de fumadores de cannabis junto a Danny, un antiguo compañero de la universidad.
A pesar de que su «Smoking Club» es un espacio de libertad y sobretodo, un lugar en el que refugiarse del mundo exterior y poder ser uno mismo, Óscar debe imponer 129 normas para asegurar el buen funcionamiento del establecimiento. Pero todo comienza a venirse abajo y a perder sentido cuando Óscar descubre que la gente no está preparada para esa libertad, o quizás es él quien no está preparado para seguir adelante.
Debutar en el cine con los tiempos que corren es admirable, pero ya no lo es tanto si pretendes hacer una comedia y no logras que el espectador ría. Esto le pasa al debutante Alberto Utrera con SMOKING CLUB, 129 NORMAS. La historia intenta gestionar la libertad a través de un local donde eres tú mismo con la ayuda de la marihuana, pero el problema es de guión y de montaje. Una idea que puede ser original, hablar de la proliferación de clubes de cannabis, se pierde en los chistes fáciles, con los catalanes, vascos, sudamericanos y moros en el punto de mira.
Actores mal dirigidos y con subtramas que ya te han sido desveladas desde un principio hacen que sus escasos 80 minutos se hagan eternos. Esto es lo que ofrece Smoking Club, 129 normas. Así que mejor fumarse el porrito en casa. Esperamos que Alberto Utrera, al ser joven y con potencial, utilice su tiempo para rectificar y encaminar de forma positiva su filmografía.
Al ver la película os encontraréis una comedia sin gracia alguna -a no ser que seáis fascistas-. Esperamos vuestras valoraciones en los comentarios!
Vista en pase de prensa en Cines Maldà, el 3 de abril de 2017. Distribuida por Con Un Pack.