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Mientras Harry Potter conquistaba el mundo a finales de los años 90 del S. XX y los primeros compases del XXI, otra saga de fantasía ganaba adeptos. Se trata de His Dark Materials, escrita por el autor inglés Phillip Pullman. El primer libro de la trilogía, Northern Lights (Luces del Norte), nos presenta a Lyra, una niña de 11 años traviesa e inteligente que viaja al Ártico para resolver la misteriosa desaparición en masa de niños por toda Inglaterra, entre los que se encuentra su fiel amigo Roger. El mundo en el que se ambienta tiene muchas similitudes y diferencias con el nuestro, la más importante de todas la presencia de daemons (traducidos al castellano como daimonions), que son una representación en forma animal del alma de cada persona, a la que acompañan toda la vida. Los daemons pueden cambiar de forma libremente durante la niñez de la persona, pero toman una forma fija al llegar a la pubertad. Este es uno de los temas centrales de la trilogía, la transición a la edad adulta, momento en el que el misterioso Polvo, unas partículas que obsesionan a los personajes, se asienta sobre cada uno. El otro gran tema central es la religión, especialmente la religión organizada y su poder sobre las personas, representada en la saga por el Magisterio, una terrorífica iglesia con aires de organización fascista. Es precisamente por este tema que la trilogía ha sido atacada por sectores ultracatólicos y se ha intentado prohibir. Por suerte para Pullman, el mismo Harry Potter que le hacía competencia se llevó la mayoría de quejas de estos grupos (por aquello de la brujería, ya se sabe…) y le sirvió de paraguas para que su historia pasara más o menos desapercibida.
En el segundo libro, The Subtle Knife (La Daga), se nos presenta a Will, un muchacho de 12 años muy maduro para su edad y que cuida de su madre, que sufre un transtorno mental. Debido a un accidente fatal, debe huir de su hogar y acabará encontrándose en un mundo paralelo en el que conocerá a Lyra. A partir de entonces, sus historias quedan unidas y ambos jóvenes conocerán todo tipo de lugares durante sus viajes, que culminan en The Amber Spyglass (El Catalejo Lacado), el último tomo de la trilogía y el más caótico. La Materia Oscura trata muchos otros temas, como la búsqueda de la verdad a través de la ciencia y la espiritualidad, el destino, el amor, los vínculos entre padres e hijos… Pero es mejor no desvelar nada de la trama y recomendar su lectura, pues es apta para el público juvenil y adulto.
En el año 2007, New Line Cinema venía de hacer El Señor de los Anillos y no tenía el control de Harry Potter, que es de Warner, así que decidió probar suerte adaptando el primer libro en forma de película. A pesar de su increíble elenco de actores y enorme valor de producción, fue un fracaso estrepitoso, pues en un largometraje es difícil que entren todos los temas que trata el libro. Y no es fácil recortar escenas porque la mayoría son importantes para el desarrollo de Lyra como personaje. La película contaba con actores de la talla de Ian McKellen, Daniel Craig, Nicole Kidman, Eva Green… Hasta salía Christopher Lee, también conocido como El Puto Amo. Una muchachita maravillosa llamada Dakota Blue Richards interpretó a Lyra.
Los seguidores de la saga perdieron toda esperanza de ver los demás libros adaptados hasta que la BBC, en colaboración con HBO, anunció una serie de TV que adaptaría toda la trilogía. Y lo están cumpliendo. Producida en Gales por Bad Wolf, la serie ha completado su segunda temporada y ya está preparando la tercera y última. Cada temporada se centra en uno de los libros de la saga. Jack Thorne, al que hemos visto trabajar en Enola Holmes o El Jardín Secreto, capitanea la producción.
Lo primero que hay que mencionar es uno de los grandes aciertos de la serie: Está pensada para atraer y sorprender tanto si se conoce el material original como si no. Durante la primera temporada introduce personajes y tramas del segundo incluso del tercer libro. El mejor ejemplo es la aparición temprana de Will, personaje que no existía durante el primer libro. Presentandole antes consiguen que los espectadores lo asimilen como protagonista y ayuda a entender lo que estaba haciendo mientras Lyra vivía sus aventuras en el norte. De no haberlo hecho, la segunda temporada habría empezado con Will en nuestro universo y sin rastro de Lyra, lo que habría resultado bastante confuso.
La serie sigue con precisión los libros, aunque hace varias alteraciones para adaptar la historia al lenguaje audiovisual. Teniendo en cuenta que el propio Pullman está de productor ejecutivo, podemos estar tranquilos con estos cambios. La mayoría, de hecho, añaden información y nos permiten conocer mejor a algunos personajes secundarios, como el Padre McPhail o Lord Boreal. Otros cambios son menos acertados, especialmente durante la primera temporada. Unir los personajes de Tony Makarios y Billy Costa tenía sentido en la película, pero no en la serie, y hace que el viaje al norte pase de ser un rescate a una venganza. Respecto al mismo personaje está la famosa escena del pez, que omitieron en la serie cuando es el mejor ejemplo que da el libro del vínculo entre un humano y su daemon, así como un paso muy importante para Lyra en su viaje. La segunda temporada, más breve, también tiene un par de momentos así, pero los resuelve mejor.
Otro aspecto digno de mención es el casting. La joven Dafne Keen, que conocimos en Logan, lidera con comodidad un elenco del que forman parte grandes actores y actrices como James McAvoy, Ariyon Bakare, Lin-Manuel Miranda o la increíble Ruth Wilson. Junto a Bakare, Amir Wilson, que interpreta a Will, es el mejor ejemplo de diversidad en el casting, que aquí funciona de maravilla porque a Pullman de da palo describir a sus personajes con detalle. A pesar de que ambos protagonistas son estraordinarios, resultan un poco mayores para ser Lyra y Will, a los que han aumentado la edad a 12 y 15 respectivamente en la serie en un movimiento parecido al que sucedió con los Stark en la primera temporada de Game of Thrones. La gran habilidad interpretativa de ambos justifica esta decisión, pero hace que los personajes pierdan algo de la inocencia que tenían en los libros, especialmente Lyra, que es demasiado seria. Aún así, la química que tienen ambos durante la segunda temporada es una delicia y anticipa lo que viene en la tercera y última.
Como viene siendo costumbre últimamente en series, el apartado visual rivaliza con cualquier producción de cine. Escenarios como Trollesund o Cittàgazze están hechos a mano y los efectos especiales son de alta calidad, especialmente los daemons. La iluminación y fotografía también son dignas de mención. El resultado final es muy atractivo y tiene una identidad propia, distinta a la estética de los libros. La música, a cargo de Lorne Balfe, encaja perfectamente con el tono de la serie, desde la inocencia de Lyra en el primer episodio a los momentos más oscuros y peligrosos.
No es una serie para niños, pero el público adolescente puede verla sin problemas. Aventuras y fantasía con toques de realismo mágico que despertarán su imaginación. Los adultos se deleitarán con las interpretaciones, especialmente con Ruth Wilson y Ariyon Bakare. Aquellos que conozcan los libros disfrutarán con la adaptación, aunque recomiendo una relectura antes de empezar la serie.
La Materia Oscura está disponible en HBO.
Elementos Evaluados
Guión - 8
Interpretación - 8
Efectos - 8
Sonido - 8
8
25 años después de la publicación del primer libro de la saga, por fin tenemos una adaptación completa y resulta ser un trabajo más que digno.