Editor's rating
Tras visualizarla por segunda vez, esta ocasión acompañada por mis amigos, sigo pensando que esta saga, creada por James Wan, se esta convirtiendo, a grandes zancadas, en un imprescindible en el género de terror.
En el campo visual, El caso Einfield, al igual que su predecesora, se ha centrado en cuidar cada detalle en la ambientación (incluyendo una banda sonora de un brillante Joseph Bishara, en la que incorpora algunos de los grandes hits de los 70, es decir, la época en la que esta ambientada la película). Gracias a todos esos factores, os transportará fácilmente al espeluznante mundo de los Hodgson, una familia compuesta por una madre soltera (Frances O’connor) y sus 5 hijos, que viven en Enfield, un pequeño pueblo de Inglaterra. La familia esta pasando por una auténtica pesadilla; creen que hay una entidad en su casa que esta haciéndoles la vida imposible, y la ha tomado con la pequeña Janet, una de las hijas. Con tal de que la iglesia pueda interferir realizando una limpieza o un exorcismo en la casa, envían a Ed y Lorraine Warren, con el objetivo de determinar si realmente la casa esta poseída por alguna entidad o simplemente es un montaje.
De nuevo, James Wan lo ha conseguido. Haciendo caso omiso a todos los ejemplos de segundas partes de terror que no han tenido buena acogida en los últimos tiempos, el equipo de Expediente Warren ha superado las expectativas y ha hecho un producto casi al nivel de su predecesora, y eso es mucho decir. He de resaltar el gran papel que hace Patrick Wilson en la piel de Ed Warren, se nota que, tanto él como Vera Farmiga, se han familiarizado muchísimo con los personajes hasta el punto de que los han hecho suyos, llevándolos así, a un plano de actuación superior.
Aunque «sustancialmente» no ofrece nada nuevo, -a parte de contarle al mundo una de las famosas historias reales del matrimonio Warren- Wan sigue dominando magistralmente los recursos del género sin llegar a aburrir al espectador, pero he de decir que la realización del director no ha estado tan inspirada, ya que hay tramos en el que la pelicula se vuelve mas suave y lenta -como más descafeinada- comparada con la primera entrega .
Creo que este leve cambio de tono se debe a la ausencia de Leigh Whannell en esta producción, que és ,para quien no lo sepa, su mano derecha en muchas producciones, entre ellas la saga «Insidious». Me explico; Whannell le daba a las películas su toque juguetón y, en algunos de los tramos que resultan lentos en esta última entrega, creo que su toque hubiese ido de maravilla. Pero, a pesar de este minipunto «flojo», puedo afirmaros que esta película no os dejara indiferentes, y os hará disfrutar del mejor terror de la actualidad.