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La vida de Gru se esta yendo a pique. Tras ser despedido por haber dejado escapar a un supervillano llamado Balthazar Bratt, es abandonado sin compasión por sus Minions, que viendo todas sus esperanzas de volver al mundo de la villanía rotas, han decidido emprender un viaje sin su líder.
De este modo Gru tendrá que buscar una nueva ocupación y es en ese mismo instante cuando le llega la noticia de que tiene un hermano gemelo y que lo quiere conocer. Se trata de Dru, un multimillonario igualito que él, pero con pelo largo y rubio que viste de blanco. Dru es excéntrico y extrovertido y Gru, aunque con sentido del humor, sigue siendo un cascarrabias. Dru le muestra el legado de su padre y le propone seguir con el negocio familiar, un negocio que Gru conoce perfectamente…
Bueno, pues la tercera entrega de la famosa saga de Gru llega a nuestros cines, una tercera entrega que llega con energía suficiente como para que aún no parezca que la saga se resiente ni pierde fuelle. Utilizando la misma formula que consiste en formar varias tramas principales para luego ligarlas entre sí y atar cabos al final, eso sí, nos presentan a la familia de Gru, a los Minions viviendo una aventura por separado y al villano y los planes que tiene preparados para la ciudad de Hollywood.
En este tema pude ver algún que otro cabo suelto al final de la película que me hubiera gustado que se resolviese mejor, pero de todos modos la formula funciona, ya que tenemos entretenimiento y diversión durante toda la película sin que esta nos resulte pesada, ya que al ir cambiando de trama, las tres se hacen ligeras y llevaderas, sobre todo pensando en los más pequeños, que ya que tienen que aguantar 90 min de película, que mejor que sea amena y atractiva.
Ya que la construcción de los personajes principales no tienen mucho mérito en esta película, porque ese mérito se lo llevó la primera de la saga, me voy a centrar en la edificación del antagonista, Balthazar Bratt, un hombre traumatizado por la cancelación del programa de televisión de los 80’s donde él era la estrella, y ahora ansía vengarse del mundo, pero concretamente de la ciudad que destruyó sus sueños, Hollywood. Balthazar esta construido a base de iconos de la década de los ochenta, pasando por el cubo de rubik, el chicle explosivo que me recuerda a los de la famosa marca Boomerang, un ejercito de muñecos de merchandising y una playlist ochentera con mucho ritmo. Es un personaje creado con mucha inteligencia y al milímetro, sin dejarse ningún detalle al azar, y eso hace la película mucho más atractiva.
En definitiva, la tercera entrega de Gru es la continuación de una saga que sigue viva, y la prueba de que productoras nuevas como Illumination tienen mucho que ofrecernos y mucho que pelear a las de toda la vida, y a mi me parece genial un poco de aire fresco y nuevas opciones en el panorama de animación actual.
Vista en pase de prensa en Renoir Floridablanca, el lunes 26 de junio de 2017. Distribuida por Universal Pictures International Spain.