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Seymour Lvov «El Sueco» (Ewan McGregor) ya era popular en el instituto y lo sigue siendo a día de hoy, con su esposa perfecta, Dawn (Jennifer Connelly), una hija adorable, Merry (Dakota Fanning) y una casa preciosa. Toda su vida es envidiable, hasta que la Política de Estados Unidos empieza a hacer aguas, allí por la década de los 60 y Merry se ve involucrada en un asunto grave. A partir de ese momento, Seymour hará todo lo que esté en su mano, y mucho más allá, para mantener a su familia unida.
Estrenándose como Director, y protagonizando la cinta, Ewan McGregor nos muestra la dramática vida de un hombre que vio cómo todo lo que había conseguido a base de esfuerzo, se rompe a pedazos cuando su hija queda impactada por la violencia que se comete a diario.
Aunque el reparto inicial sea impresionante, tuve la impresión de que no pegaban ni con cola. No noté química entre ellos. No vi a una familia luchando contra su destrucción, sino a una pareja fingiendo ser un matrimonio, preocupándose por una adolescente que vive con ellos.
Aunque se tengan que pulir algunas cosas, no deja de ser una historia dramática que, aunque en algunos momentos se haga un poco pesada, es interesante y te puedes sentir identificado en algún momento. Además, toda la carga emocional recae en Ewan y todos sabemos lo bien que se le da que sintamos empatía por él.
En mi opinión, una historia triste, de cómo los valores y creencias políticas de alguien a quién amas pueden romper la familia que tanto Amor y esfuerzo te ha costado tener.
Vista en pase de prensa en Cinemes Texas, el jueves 1 de junio de 2017. Distribuida por Tripictures.